Cuestión de fe

Me fa goyo creyer, mesmo soniar, pero totz sabemos que no i hai miragros, anque es istos días parixe seguntes a cantidat de chent que s’achunta a lo folklore relixioso, que os miraglos existen. N’o nuestro esporte, he plegau a la conclusión, de que no n’i hai. Una semana de muito ran espoertivo con Sebas, Cañada, Leift, uteberos…

Luis Mariano García (Luisma pa’ los amigos) como notario, siempre corrobora su fe ante hechos de relevancia dudosa, pues bien; somos los ciclistas aún insulsos creyentes de lo imposible, contagiados por una sociedad influenciada por desatinados credos de índole, podemos decir que religiosos; en la era de la información , del desarrollo en investigación…

Al año que viene o gano o reviento! pensaba Fabian en Flandes 2009. Un ejemplo de querer creer desde el punto de vista de un profesional.

Es cuestión de tener fe, de creer en el ciclismo, en aquel deporte en el que las condiciones son igual para todos, y en el que el motor aún siendo susceptible de ser trucado, nos designamos porque no ha sido así, y es eso los que los enfermos del ciclismo denominamos fe. Querer creer hoy día, me supone un esfuerzo tan grande como el dejar de amar este deporte, y tal dilema termina por erosionar la realidad de los que vemos los mutilados toros desde la barrera y nos entretenemos burlando ternericos.

El domingo en Biel con mi amigo "Karpin" todo un ejemplo de fe, y saber estar, ademas padre de una futura promesa de la comarca. Foto:Francisco Castaño.

Para un profesional de la bicicleta, sabedor de sus condiciones, el único esfuerzo en cuestión de creencia es el de poder hacerlo, el saber sufrir más o engañar al rival para pisar la línea antes.
Reticente a las creencias de lo que no se ve, doy fe, de que el que no corre vuela, y en unos días sin teclados de por medio, rebobinas pensamientos y sensaciones con los “cappos de la comarca”, y es que “el sábado de ramos, el que no entrena no tiene manos”, y aquí todo el mundo tiene.