9/7/10

Elección, acto ciclista.

Esclarexiu de buena man toda pleitina federeativa, he d’agradixer con tot y con ixo a confitanza contimostrada n’a mia persona ta representar a lo mio país, pero soi un hombre de ideyas fixas y prou zerrin con as decisions que prengo, asinas que me’n ire ta Bera, u millor dito ta Elizondo con l’amigo Ion a esfrutar d’una polida marcha.

Cuenta la leyenda que cuatro dedos manchados de sangre simbolizan nuestra bandera, cierto o no, hay quien alberga en su haber cierto litigio de escudar el honor de un pueblo, pero en ocasiones romper el título no es sacrificar la identidad, si no ser análogo con decisiones y contingencias, y de bien agradecidos es saber reconocer el esfuerzo y guardar minuto de reflexión por los errores cometidos, mea culpa.

Así pues las decisiones del deportista, pueden marcar el venidero de su carrera, los ciclista, continuamente bajo sospecha -dudo si albergan el titulo de deportista- toman decisiones a menudo erróneas, más aún los profesionales cuando sus decisiones se limitan a aspectos formales de andanzas.
¿Se justifica la elección del cambio uno por otro si hay problema dermatologicos veraniegos?¿Y si no? Todas las eleciones, poer superfluas que sean, pueden ser importantes.

Mientras el resto de los mortales del ciclismo, tomamos decisiones más superfluas a simple vista, pero que nos puede suponer un incentivo de motivación y rasmia durante unas duras sesiones…que gafas me pongo; este sillín sí, pero…

Ser superfluo normalmente es una característica a fin del no profesional de este mundillo, el que escribe el primero, pero se podrían referir buen dígito de célebres, y eso crea también unión entre pijotada y pijotada.

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