Hay tramos de carreteras, que mitifican carreras, hitos de la historia de nuestro deporte, simples rampas con brutal porcentaje, tramos adoquinados, subidas con encanto…donde se ha escrito con altas pulsaciones momentos épicos del ciclismo, donde el espectáculo, fin primordial del ciclismo, esta asegurado.
Muchos son los ciclistas los que han pasado por aquí, pero pocos los que han perdido un poco de tiempo y fuerza en empezar a engrandecer la "subidica".
Hoy día, en todas las categorías, se intenta asemejar a tal majestuoso espectáculo, emulando a los privilegiados profesionales que emergen de los infiernos, para dar al espectador todo aquello que buscamos, lucha y batalla.
Un pequeño Alpe D'Huez en un kilometro que te hace soñar, sin duda se hace corto.
Si hay en mi redondanza de L’Alta Zaragoza, una subida con gracia que intenta emular esos momentos, y que aun hoy esta sin explotar, no es la subida de Montlora, ni Sierra Mayor, ni siquiera Cuatro Caminos, Mamillas ni el Collau d’Itorre…es la intensa y breve subida a “O Frago” como denominan los nativos, aquellos que recuerdan en el banquero de la plaza, las Corridas de antismas, se hacían , no solo en bicicleta, si no también a pie, en fiestas y días de guardar, agasajando al valiente vencedor con un producto típico del lugar, y menospreciando lo económico y las chapas. Eso dice la leyenda, que en esta tierra estéril de ciclismo, tubo cavidad en otra época , las competiciones de estas características.
Volver a casa no es gratis, aunque si agradable por una de las carreteras más bonitas de la comarca, y frescas.
Una subida que pasa desapercibida, a pesar que el “Campeonato del mundo de Monlora” pasa a sus pies, e incluso en 2006 en una etapa de la reciente desparecida Vuelta a la Comunidad aragonesa, con salida en la capital de la comarcal y final Huesca rozo su empiece… Apenas mil metros de ascensión con un porcentaje del 10% y tres curvas de herradura, espera impaciente que la serpiente multicolor, dirigida por un organizador de carreras, trepe esa ladera, que sin duda, podría decir mucho, a lo mejor no por dureza, pero si por el abanico de posibilidades que ofrece ante la llegada de los mas fuertes. Estoy seguro que subidas con encanto hay en todo el país, ¿Por qué no soñar con finales agónicos y bellos?, solo nos queda vivir de ello, del sueño y del espectáculo.
Mucho juego dan estos carteles, ¿hacia el plano o a las costeras?
1 comentario:
Madre mía!!! la subida a O Frago, espectacular...
Como me recuerda esas carreteras...
Saludos.
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